De la página oficial de las Fiestas de Cartagineses y Romanos, seguimos conociendo la vida de los principales personajes de esta guerra púnica.
Publius Cornelius Scipio Africanus Major (236 adC - 183 adC) fue
un famoso general y político romano. Es más conocido por derrotar a
Aníbal y por esto es llamado Escipión el Africano. Nacido en la familia
patricia de los Escipiones, Publio comenzó su carrera militar bajo los
auspicios de su padre, del mismo nombre.
Siendo joven todavía, le
sorprendió la invasión de Italia por los ejércitos cartagineses de
Aníbal Barca. Si bien logró sobrevivir a las batallas de Tesino y
Cannas, la situación de la República Romana se había vuelto desesperada,
con sus ejércitos derrotados una y otra vez por Aníbal, y la mayor
parte de Italia sublevada contra Roma.
La situación llegó a su
punto crítico cuando los ejércitos romanos enviados por el Senado a
Hispania, con el objetivo de acabar con las bases cartaginesas en la
región, fueron aniquilados por Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal,
muriendo en dichos combates Publio y Cneo Cornelio Escipión, padre y
tío, respectivamente, de Escipión el Africano.
Así, en el año 211
adC fue nombrado procónsul y enviado a Hispania con un nuevo ejército.
Tenía sólo 25 años, carecía de suficiente experiencia militar y nunca
había ejercido ningún cargo importante en la República. Su ascenso se
debía principalmente a la simpatía que causaba en el pueblo por su
juventud, oratoria y por la desgracia de su familia.
La campaña de Hispania
Al
llegar a Hispania, los romanos controlaban tan sólo la costa
nororiental, territorio que coincide actualmente más o menos con la zona
de Cataluña. Además, el ejército estaba desmoralizado por las derrotas y
en clara inferioridad numérica frente al ejército de Asdrúbal y sus
aliados iberos.
Aunque tenía órdenes de permanecer a la
defensiva, las desobedeció y preparó la invasión de la Iberia
cartaginesa. Ordenó que la flota romana cargase con el equipo y las
provisiones, mientras sus soldados avanzan rápidamente por la costa. Se
dice que recorrió con todo el ejército, en una semana, el territorio
comprendido entre sus bases en la actual Cataluña y la capital
cartaginesa en España, Cartago Nova, la actual Cartagena.
El
ejército cartaginés, que desconocía la marcha de Escipión hacia su
capital, fue incapaz de llegar a tiempo para levantar el sitio. Cartago
Nova cae en el 209 adC tras un brevísimo asedio. Escipión, dando
muestras de una magnanimidad y moderación impropia de su época, prohíbe
el saqueo de la ciudad y respeta la vida de sus ciudadanos.
Muchos
historiadores consideran la caída de Cartago Nova como el punto de
inflexión de la Segunda Guerra Púnica. No en vano, Cartago no sólo había
perdido su capital en Hispania, su principal base naval, sino gran
cantidad de víveres y armas almacenadas e incluso a los prisioneros con
los que se aseguraban la lealtad de los pueblos sometidos.
Poco a
poco, los iberos desertan del bando cartaginés, atraidos por el carisma
y la humanidad de Escipión. Reforzado con sus nuevos aliados, el
ejército romano avanza con rapidez por el sur. En el año 208 a. d. C. se
enfrentan en Hispania Asdrúbal y Escipión en la Batalla de Baecula,
terminando con la victoria de los romanos. Sin embargo, el cartaginés
logra escapar con parte de sus tropas y marcha hacia Italia para
encontrarse con su hermano Aníbal.
Escipión aprovecha para
realizar la conquista del valle del Guadalquivir, llamado Betis por los
romanos. En el 206 a. d. C. se produce la última gran batalla en suelo
hispano, enfrentándose cartagineses y romanos en la Batalla de Ilipia.
Escipión volvió a triunfar, y el ejército cartaginés queda
definitivamente destruido. Las últimas bases de Cartago en Hispania caen
rápidamente. La última ciudad púnica en Hispania, Gadir (la actual
Cádiz), se rinde ese mismo año. Durante la campaña, Escipión funda una
nueva ciudad para asentar a sus veteranos, Itálica, cerca de la moderna
Sevilla.
Tras estas hazañas, Publio Cornelio Escipión volvió a Italia.
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