miércoles, 21 de agosto de 2019

Poesía garabateada

La escuela es el lugar en el que hay que vivir el máximo de experiencias posibles, o al menos, ofrecerlas.
 Muchas veces consideramos pequeños a los alumnos de infantil, para hacer muchas de ellas, pero yo creo que TODO puede adaptarse y disfrutarse por igual tengas la edad que tengas. Uno de esos casos, es la poesía.
 Normalmente se considera algo elevado, alejado para los pequeños y sólo comprensible, o trabajable, por los mayores. Pero este año vinieron a demostrarnos que no es así.
 Quizás se podría haber estructurado de manera diferente, es cierto, pero la experiencia ahí queda y el buen recuerdo de los niños es una evaluación más fiable que nuestra visión de "pobres" adultos, en la que siempre nos fijamos en las dificultades y en los problemas, y no en lo bueno que también aportan estas situaciones.


Esta actividad vino ofrecida desde el centro cultural del pueblo, al que agradecemos enormemente que nos tengan en consideración tantas veces. La idea era realizar un poemario, cada niñ@ el suyo, cosiéndolo primero y decorando después cada poesía con un dibujo que les inspirase a los alumnos.



Una vez acabada la primera parte, nuestra poetisa empezó a leer

A partir de ese primer poema, cada niño, a su ritmo,, iba continuando el libro. El principal problema que surgió, es que los poemas no iban en el mismo orden y claro, los maestros tuvimos que convertirnos en poetas improvisados para ir leyendo cada página.







 El resultado final fue muy bonito, pero quizás para la próxima ocasión, se pueda modificar un poco para infantil: escoger treo o cuatro poemas, ponerlos en el mismo orden y trabajarlos todos de la misma manera, de forma que se queden grabados en la memoria profunda y consigan crear una pequeña semilla que más adelante podrá o no germinar.
 Para eso estamos en la escuela. Para ENSEÑAR más allá de los libros y los estándares oficiales y sacar lo mejor de cada una de las personas que empiezan a formarse en nuestras aulas.

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