Para continuar nuestra aportación al fondo marino del pasillo, decidimos que con los caparazones de erizo que la seño Lola había encontrado en la playa después de las tormentas (pudo traer uno para cada alumno del ciclo), en nuestra clase, se convertirían en tortugas...
Las trabajamos a fondo, vimos cómo son y dónde viven, y que por desgracia, estos seres tan extraordinarios, también están en peligro de extinción.
Luego nos pusimos manos a la obra:
Cada uno eligió el caparazón de su tortuga
Por último, eligieron qué ojos deseaban para ellas... y Voila!
Estos caparazones, también se han convertido en cangrejos y medusas en las otras aulas.
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