
También es bonito cuando vienen a las procesiones de Murcia, y de repente un nazareno les da un caramelo. Sus caras de entusiasmo, sorpresa y felicidad es impresionante. Cuando vienen los pasos, con tantas luces y con las imágenes, también son un foco de interés pues quieren saberlo todo sobre ellas. Ir con un niño a una procesión es toda una experiencia.
Espero que disfruteis la semana santa en un ambiente cordial, afectuoso y variado. ¡Felices fiestas!
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