Una vez que comprobamos estas ideas, empezamos a hablar de los tipos de agua que conocemos: agua dulce y agua salada. Por qué el agua de lluvia está buena y la del mar no nos gusta.
También recordamos que el año pasado fuimos de excursión a las Salinas de San Pedro del Pinatar y que conocíamos muchas cosas del Mar Menor, que es una parte del Mar Mediterráneo.
En ese momento, la seño sacó una bolsa con sal y decidimos ver qué pasaba con ella al echarla al agua, porque nosotros no sabíamos dónde estaba la sal "en la arena, los peces la llevan, en las rocas..."
Cuando se iba echando al vaso, el agua se volvía blanca y claro, como habíamos hablado que el color del agua depende de lo que se le eche... pues no nos extrañaba nada. Sin embargo, cuando empezamos a moverlo ¡¡La sal desapareció!! El vaso se quedó transparente.
Por último, pusimos en una pequeña tarrina cerrada un poco de sal sin mover y la dejamos ahí para comprobar si de esta forma desaparecía también.
Al día siguiente descubrimos que también esta sal había desaparecido ¡Y eso que no tocamos para nada la tarrina!
Según ha ido pasando el tiempo, el vaso tiene mucha menos agua porque el calor se ha ido evaporando, pero aun no vemos la sal que metimos. Sin embargo, en la tarrina cerrada ha aparecido sal ¡por fuera! y aun nos tiene intrigados lo que seguirá pasando con nuestros experimentos. Ya os contaremos.
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