lunes, 15 de junio de 2009

La oreja verde

Un señor maduro con una oreja verde


Un día, en el expreso Soria-Monterde,

vi subir a un hombre con una oreja verde.

Ya joven no era, maduro parecía,

salvo la oreja, que verde seguía.

Le dije: Señor, usted tiene cierta edad;

dígame, esa oreja verde, ¿le es de alguna utilidad?

Me contesto amablemente: Yo ya soy persona vieja,

pues de joven, sólo tengo esta oreja.

Es una oreja de niño que me sirve para oír

cosas que los adultos nunca se paran a sentir;

oigo también a los niños cuando cuentan cosas

que a una oreja madura parecerían misteriosas...

Así habló el Señor de la oreja verde

aquel día, en el expreso Soria-Monterde.

Gianni Rodari