Sal, azúcar y limón. El limón pintó el agua con un tono amarillento y olía muy bien; el azúcar desapareció y el agua estaba riquísima; y la sal volvió a desaparecer aunque esta vez el sabor no era tan agradable.
Con el paso de los días, el agua comenzó a evaporarse y...
El limón desapareció junto al agua, en su lugar apareció un moho verde muy feo que además olía mal.
El azúcar volvió a aparecer convertido en un cristal liso que se posó en el fondo del recipiente y atrapó el trozo de lana en su interior.
La sal comenzó a trepar por las paredes y ¡se salió del recipiente! Menuda sorpresa nos llevamos.
Antes de cerrar el capítulo, hicimos una reflexión sobre lo que hemos aprendido durante estas semanas:
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