Primero cogimos a los romanos, los observamos y aprendimos los nombres de sus ropas. Al final decoramos una marioneta para llevarla a casa.

Trabajamos mucho y los resultados saltan a la vista


A los pocos días tocó el turno de los íberos y su vestimenta; su ropa tenía partes muy parecidas a la de los romanos. Lo coloreamos y dejamos que se recortase la ropa en casa para no perder ninguna pieza del juego.


¡Hay que ver lo que se puede aprender jugando y divirtiéndose en clase!
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