¡Un pincho de tortilla!

Por fin llegó julio y con el mes se resolvió el gran misterio que nos tenía a todos preocupados... ¿Conseguiría la plaza? ¿ Y mis amig@s y compañer@s de fatigas?

Tengo que decir que desde el principio nuestro tribunal repartió esperanzas y ánimos para todos, siempre con una sonrisa en la boca, un buenos días amable y un ¡suerte! en los momentos cumbres. Eso es de agradecer pues a pesar de que las oposiciones son un proceso serio y, en principio, riguroso, la humanidad es bienvenida.

Otros años el tribunal que me tocó fue más serio, incluso en ocasiones frío del todo, entiendo que si lo hacen es para dar la sensación de imparcialidad y rigurosidad, pero creo que una cosa y otra no deberían estar reñidas. Al fin y al cabo no dejamos de ser personas que nos estamos jugando nuestro futuro y la tensión es un factor que muchas veces es perjudicial para el opositor.

Este año, el tribunal 13 no ha olvidado la rigurosidad, pues esperaban que diésemos lo mejor de nosotros mismos y demostrásemos que SOMOS MAESTROS y que merecemos dar clase, ni la humanidad. Estuvieron pendientes de todos nosotros, leyeron y comprobaron aquello que les llamaba la atención de las programaciones presentadas (pues me consta que entraron a mi blog y al de aquellas personas que lo reflejaban en sus respectivos trabajos) e intentaron que diéramos lo mejor de nosotros mismos.

Finalmente llegó el gran día... POR FIN TENIA PLAZAAAAAAAA. Al final resultó cierto el refrán de "¡A la tercera va la vencida!".

Mi caso no ha sido único y 480 plazas de infantil se han repartido este año, sin embargo algunas personas, compañeras y amigas, no han tenido mi fortuna. A todas ellas les doy mis mas sinceros ánimos y mi apoyo absoluto para dentro de dos años... ¡Aquí estamos para lo que necesitéis!

Ahora espero con ansias la nueva etapa que se abre para mi y que comenzara de nuevo en El Algar, en el colegio donde tanto he aprendido el pasado curso y donde a tantos compañeros y amigos conservo.

Un besazo y ¡hasta pronto!